- La Monitorización Fetal (MF), o Cardiotocografía, se realiza para tener un control de los latidos del feto, y de la dinámica uterina. Siempre y cuando no haya factores de riesgo, la monitorización se puede realizar en varias fases para evitar que la embarazada esté en una posición fija; pero si existen factores de riesgo, o bien la paciente está bajo los efectos de la epidural, la MF se realiza de manera constante para aumentar el control sobre el feto.
- El proceso es muy sencillo: Se colocan unos transductores (RAE: Dispositivo que recibe la potencia de un sistema electromagnético y la transmite a otro) sobre el abdomen de la madre, para los casos más sencillos, o en el interior de la vagina directamente en el útero o en la cabeza fetal, en aquellos casos que resulte más compleja la medición.
- También se realiza un control del pulso, temperatura, tensión arterial de la madre y en algunos casos también de los índices glucémicos.
- En determinados momentos, es preciso realizar un análisis del PH de sangre fetal, con la extracción de una gota de sangre del feto y su posterior análisis.
¿Cuándo debemos aplicarla?
· Es recomendable realizarlo, a partir de la semana 40 de embarazo. En ese momento, se realiza una monitorización externa, de unos 20 o 30 minutos de duración, que permiten conocer cómo se encuentra el feto, y a veces, incluso le puede indicar si el nacimiento está próximo.
· En la dilatación, lo ideal es realizar una monitorización intermitente, debiendo estar la mujer tumbada o sentada.
· Durante el parto, generalmente, se hace uso de la monitorización interna, pues ofrece unos datos más fiables del estado del feto.
En aquellos partos, en los que se haya aplicado una epidural, la monitorización se realiza acostada y bajo supervisión médica.
